*Cominezo* [Libre]

El mundo si es en definitiva muy pero muy pequeño, al parecer ella dio por sentando que si teníamos eso en común, no es algo que sea digno de hacer referencia ni mucho menos, pero por esa extraña casualidad ya no me sentía tan “Incomoda” De cierto modo las cosas ocurren por algo y quizá mi llegada a ese lugar tan recóndito de la tierra fue para bien y hasta el momento si lo era.

“Nos hicieron sentir cosas que nunca pensé experimentar” Sin poder predecir el escalofrío que recorrería mi cuerpo sentí como cedía ante aquella sensación, ella estaba completamente en lo cierto y es que yo tampoco imagine o soñé con todo aquello que Ezequiel me otorgo aunque en muy corto tiempo estoy segura de que fue amor, si no fue completo de su parte por lo menos yo si le entregue mi alma y corazón, algo que me satisfació por completo pues si moría no importaba ya que el amor si lo conocí.

- A veces envidió a los humanos por eso. – Solté una carcajada cuando ella dijo la idea del suicidio. Era lamentable que yo no pudiese hacer eso cuando me sintiera derrotada.

Al hacerme la pregunta acerca de mi intromisión a la oscuridad, note que se encogió de hombros como de quien no quiere la cosa pero con una sutil sonrisa de aceptación y tranquilidad me dedique a responder.

- Pues si no me equivoco hace 600 años que me uní al infierno. – Hice una mueca de no recordar con exactitud el tiempo y es que los años para mi pasan como los días para los humanos. – Estoy demasiado vieja para recordar ya tengo alzheimer. – Mi voz fue divertida y una risita se escapo de mi interior haciendo que mi cara resultara cómica con la combinación.

- ¿Y tú cuanto tiempo llevas aferrada a la noche? – Pregunte con curiosidad.

Al decir mi edad el rostro de la vampiresa se lleno así como de ciertas confusiones, la verdad es que si pudiese leer la mente me sería mas fácil saber que es lo que piensa sin sentirme como bicho raro, el observadora tiene sus desventajas cuando las personas cometen sus actos que las identifican y se comienza a llenar la mente de interrogantes que uno solo no puede responder.

Al final respondió mi pregunta… 260 años ¡Interesante! A mí me hubiese gustado convertirme en un mejor momento, una mejor era sin embargo pase por todas las inmundicias que han acontecido en el mundo, pero como poder decir que eso me marco la vida cuando en parte fui yo quien ayudo a que los humanos cayeran en la decadencia tan solo alimentar a este repugnante monstruo, lo admito fue divertido y lo continua siendo pero cada vez me siento mas terrible por mis actos fue de allí que comencé a sentir compasión por mis victimas.

Se me salió una vaga sonrisa cuando ella pronunció lo de años luz… Me sentí completamente vieja y me transporte a la época de los dinosaurios, si es que existieron, era un completo beneficio el no envejecer, por que de lo contrarío mis canas cubrirían mi rostro por completo y mi cabello sería mas blanco que la nieve.

- Ahora la anciana soy yo… - Dije con una sonrisa de terror en el rostro. – Pero bueno lo que importa es que no envejecemos si no tan solo imagina… - Negué con la cabeza la imagen que quiso brotar de mi mente cuando mencioné esas palabras.

La nube que de tensión se estaba disipando con forme pasaban los minutos, la confianza se estaba haciendo presente y eso es algo que no muy a menudo ocurre con migo, desde que tengo uso de la razón lo único a lo que podía confiarle mi ser era a mi sire pero esta vez ya estaba decidió el salir del cascaron y comenzar de nuevo y vaya que me hacia falta.

Las sonrisas se vieron dibujadas en cada una de nosotras, probablemente ella al igual que yo estaba olvidando las penas, eso tenia su ventaja, una reconfortante ventaja, su compañía era de lo mejor y nunca me había sentido así en siglos así que lo tome con satisfacción para mi misma y permití que el flujo de palabras pasara sin importancia alguna, escuche la pregunta y estuve a punto de responderla solo que fui interrumpida por un comentario que agrego, algo que hizo que abriera los ojos como platos cuando mencionó que no visita el lugar desde que es humano.

- La verdad no fue decisión mía... - Rodee los ojos y suspire. - Eso fue por parte de mi sire, yo no tenia absolutamente nada y el me dedico su vida otorgándome la oportunidad de vivir con el, su casa fue construida en aquel territorio así que no me quedo de otra... - Me encogí de hombros y sonreí. - ¿Y tu por que no vas de visita? - Creo que mi pregunta no fue la más apropiada y al poco segundo de emitirla me arrepentí, pensé alguna forma de corregirla. - Digo... ¿No extrañas tu lugar de nacimiento? - Pues fue mi mejor intento y ya no había solución.

Quizá la pregunta la tomo por sorpresa pero era tan grácil que probablemente no note sus facciones o la otra teoría que queda es que se estaba acostumbrando a mi presencia y eso era maravilloso pues yo sentía una muy cálida atmosfera aun a pesar del gélido cuerpo al que fui condenada.

Al escuchar la triste historia que vivió en Alemania me arrepentí por segunda ocasión al haber mencionado la pregunta, me encogí de hombros y baje por completo la mirada, era algo trágico lo que me estaba contando y no supe como reaccionar ante algo tan improvisto como esto. Su expresión fue nostálgica y desgarradora que me llego por completo inundando mis pensamientos ¿Cómo poder darle animo si aun soy una extraña? Rodee mis ojos por que por mas que lo deseara la respuesta no la encontraría jamás no soy muy afectiva y eso es algo difícil para mi, levante la mirada para poder realizar mi comentario.

- Lamento mucho lo ocurrido con tus padres. – Le dije con el corazón en la mano y una sinceridad que se dejaba ver. - Es verdad ya no es la misma desde hace 200 años, evolucionó bastante diría yo, ahora la reconfortante paz que se respiraba fue invadida por insólitas personas que no aprecian absolutamente nada, aunque tengo que admitirlo que existen algunas que son verdaderamente interesantes. – Añadí haciendo alusión a su ultimo comentario y para distraer un poco la tensión que yo misma cree por curiosa.

Con el trascurso del pasar de los minutos la confianza entre ambas estaba saliendo a flote; no me sentía tan incomodo como creí que lo haría y la platica era de cierto modo algo intimo pues se trataba del pasado de Romina, cada vez me sentía un poco mejor y la nostalgia que en un momento atrás me sumergió se desvaneció por completo.

- Si algún día vas de visita sería un completo honor que te hospedaras en mi casa... - Le dije con una sonrisa llena de amabilidad y confort.

Sin duda alguna se estaba progresando en nuestro encuentro y eso me era por una parte inexplicable y por otra maravilloso, por fin una amiga en quien confiar que sea de la misma estirpe que yo... Seguramente a ella acudiría con dudas que a mi sire no puedo plantearle por obvios motivos.

"Si algún día llegara a faltar Tristán estará muy bien a tu cuidado" Esas palabras removieron parte de mi ser y cuerpo, me estremecí del simple hecho de pensar en que ella pudiese faltarle a su hijo, lo estaba dejando a mi cargo ¡Un honor! Pero no estaba segura de poder tener al cuidado a un joven como Tristán, además de que no deseaba siquiera pensar en que ella dejara de existir, fue como si me echaran por la espalda un balde de agua fría independientemente de ser o no vampiro sentí el gélido liquido recorrer mi piel.

- Romina... En verdad me encantaría cuidar de tu hijo pero... No quiero que vuelvas a pensar por un momento lo que aun no esta escrito, tienes mucho que vivir y estoy segura de que lo harás... - Musite con una sonrisa, guiñándole el ojo para después arrojar un suspiro que despejo mi mente.

Se me destenzo el cuerpo tras el cambio repentino de conversación, en verdad no me gustaba hablar de la muerte ya que sobreviví a la primera vez que ocurrió, sin embargo, tampoco deseaba que una persona que estaba conociendo hablara así tan relativo de algo que aun no se asoma por la esquina de la calle o al menos eso pensaba yo.

Escuche unos extraños ruidos pero no le importancia supuse que sería Tristán así que los ignore por muy difícil que pareciera, el comentario de Romina acerca del torbellino que era su hijo me causo gracia y una pequeña sonrisa se me escapo del rostro con singularidad.

- No gracias por le momento estoy bien… - Me encogí de hombros respondiendo a su pregunta, la verdad fue que antes de arribar al bosque cacé un pequeño animalillo, el hambre y el pensamiento me mataban pero ¿Qué humano se interna en un bosque? Probablemente los campistas pero no estaba de humor como para rastrear algún olor que se adentrara por ese rumbo así que lo primero que vi fue una gacela.

- Acabo de cenar un apetitoso animal... - Una carcajada salió desprevenidamente de mi boca.

[[Off: Cometí un error demaciado inmenso mi sire se llama Lucian y la mayoría de los post esta como Leonides, al fin lo edite... Espero no enredar las cosas]]

Ella estaba en lo cierto al decir que la sangre animal no era la mejor del mundo pero en mi estado… Debía hacerlo o en verdad fallecería de sed, fue un caso de emergencia así que no tuve alguna otra opción.

- Y que lo digas… ¡Es horrible! – Una expresión de asco inundo mi rostro y me encogí de hombros para posteriormente relajarme inesperadamente.

Me saco de completa concentración la pegunta referente a mi sire, la verdad es que esa historia solo la conocemos él y yo, al menos que haya hablado de mi creación con sus conocidos y/o eternas amantes; rodee los ojos y algo que aparentemente expresaban celos se escapo de mi cara, suspire para tomar valor y responder.

- Sinceramente esa historia solo la conocemos él y yo y jamás me había puesto a pensar en las circunstancias pero ahora que lo mencionas te contare… - Cruce los pies y me coloque en un posición cómoda para poder imaginar cada detalle y llevarlo hasta su formulación en palabras y descripciones.

- Lucian, me encontró desvalida y moribunda en un lugar desolado, aparentemente yo estaba esperando a mi “amado” Ezequiel – Mi voz entonó esa parte de la historia. – quien fue capaz de engañarme tan solo para conseguir mi alma, él era un demonio como ya te lo explique y su amo le ordenó un alma de corazón puro y lleno de amor ¡Que mejor que el de su novia! – El tono se subió una octava. – Así que me engaño tan cruelmente que no podría describirse, una noche en la que escaparíamos del mundo para ser felices… – La mirada de mis ojos se perdió y muy dentro de mi la serie de imágenes construidas por mis recuerdos comenzaron a cobra vida, el cielo nocturno destellaba con cada relámpago anunciando la tormenta, el viento chocaba contra mi rostro palideciéndolo por completo; ahora que lo recuerdo mi piel era de un tono cálido y mis ojos color verdes. – Estaba a la espera de su llegada recostada en un árbol con el vestido tipo medieval entre los arbustos, al escuchar un caballero cabalgando supe que se trataba de él, me lancé entre sus brazos y lo bese como nunca en la vida… Pero debajo de su capa saco una filosa daga anunciando mi muerte “Lo siento” esas fueron sus ultimas palabras, haciendo que atravesara mi pecho aquel arma blanca y con lágrimas en los ojos solo pude pronunciar “¿Por qué?”. – Al contacto con el filo de la daga mi cuerpo palideció y el dolor físico que sentí no fue siquiera la mas mínima parte de la decepción que sentí por haber confiado en el, el dolor del alma sacudió todo mi ser y en ese instante se congelo mi vida. – Estuvo a punto de obtener mi alma pero una sombra lo atajo por la espalda y lo lastimo severamente haciendo huir entre gemidos de dolor para después acercarse a mi ofreciéndome vivir ¿Cómo podría hacerlo si mi corazón estaba destrozado? Él me dio la solución muy a pesar de su gélida piel el beso que me dio en la mejilla fue de lo mas tierno que pude sentir esa noche y tres días después me convertí en su única hija hasta la fecha… - Suspire para poder sacar el recuerdo de aquel trágico encuentro, tome una bocanada de aire y para sacar la tristeza de mis palabras hice un comentario burlesco.

- Y ahora se dedica la vida a protegerme como si fuera una copa de cristal… - Sonreí y regrese a mi anterior posición.

La historia de Ishtar era muy tragica, cada palabra me sorprendio a sobremanera mas al anterarme de que su amante le intento dar muerte y ademas queria poseer su alma, eso es muy drastico y triste, es algo que ningún ser soportaria en lo mas minimo, almenos creo que yo no lo soportaria.

¿como el ser amado te puede dar meurte?, esa simple pregunta no creo que tenga respuesta...estuve observando cara gesticulación que se dibujaba en su rostro, escuchando los cambios en la entonación de sus palabras cuando se referia a cierto acontencimiento en concreto, me mantuve quieta y casi sin parpadear, casi como si estuviera leiendo un buen libro de tematica dramatica, pero esto no era fantasia, era una realidad una trsite y amarga realidad.

Tal parece que los hijos de la noche solemos tener un destino ruin y doloroso en nuetra conversión, pero supongo que es el precio por condenarnos a este infierno sin salida, y que solo terminara el día que no enfrentemos al sol o a una pira.

-vaya es un historia bastante cruel, supongo que Lucian tu sire te supo acoger muy bien.

Mi tono de voz fue un poco mas tranquilo y pausado, cruce la pierna y continue escuchando su relato, asintiendo con la cabeza y sonriendo por debajo ante sus comentarios que me resultaban familiaes y muy concretos. De cierto modo me sentia muy alagada y a la vez honrrada en estar escuchando su historia, mas si ella y su sire solo conocian lo que habia sucedido con casi una vida o talvez mas de medio milenio.

-una historia sorprendente, sin duda alguna una larga vida y una historia que sorprenderia al maximo a cualquiera que la escuchara.

Frunci el seño diujando una pequeña curva en mis labios que se asimilaba a una pequeña y gris sonrisa, ya que la historia no ameritaba una carjada puesto que seria una falta de respeto de mi parte para con ella. Me reacomode en el asiento para estar un poco mas comoda, y no parecer un pequeño insecto inquieto y medio rebelede.

[off: tranquila mujer,a cualquiera le pude pasar, asi que no te preocupes, almenos ya corregiste XD]

Estaba completamente decidida a ya no volver a llorar por los recuerdos de Ezequiel más la venganza aun se resguardaba en mi corazón, contar parte de la historia de mi vida o por lo menos la historia que recuerdo de mí me hizo quitarme un peso de en sima, sentí que mi existencia ya no era tan trágica como lo creía, ahora una luz al final del túnel se asomaba como un rayo de luna entre los árboles.

- Es verdad, Lucian es… - Arroje un suspiro de alivio al pronunciar su nombre y sonreí alegremente. – Lucian es la persona mas maravillosa que he conocido… Es como mi padre. – El poco brillo de mi mirada regreso repentinamente a mis ojos.

Estaba tranquila, desahogada y muy cómoda en la presencia de Romina, además de que me sentí sumamente feliz por recordar como fue que mi Sire me ayudo en aquel momento, y pese a todo lo que paso me continua apoyando en cada instante de mi vida.

- Mi historia parece melodrama barato… Una buena novela que podría venderse. – El tono de mi voz fue burlón y divertido pues no deseaba que ella se incomodara de ninguna manera. – Lo admito es increíble pero fue real… y yo soy la prueba… - Baje la mirada y saque el aliento de mi boca para después recuperarme como si nada hubiese pasado. – Pero ahora solo son recuerdos… Y sentimientos paganos que se pierden en la realidad. – Sonreí y recogí mi cabello detrás de la oreja derecha.