un punto de luz de forma mas o menos definida se dejó arrastrar por su liviano peso hasta el suelo, rozandolo levemente con sus pies y extendiendo sus enormes alas blancas, de luz pura.
la joven acabó medio arrodillada en el suelo, el viaje habia sido largo, la teletransportacion bastante dura, pero ya estaba en la tierra. se levantó y al fin la gente pudo observar su rostro: perfecto.
su suave rostro desprendia un halo de luminosidad, el cual se concentraba en sus ojos de un azul infinito. su pelo rubio claro caia hasta la mitad de su espalda, y su esbelto cuerpo de bailarina se apoyaba delicadamente en una vara de oro. era la perfeccion personificada, por tanto podai sentir las miradas de los mortales posadas en ellos.
giró su cabeza con un suave movimiento a su hermano y asintio levemente. aquel lugar no la gustaba, habia demasiada gente, siempre nerviosa, y por si fuera poco... tenia razones personales para sentirse incomoda
- estoy bien Alexander... - dijo con voz calmada y suave - ¿hacia donde devemos dirigirnos? - preguntó observando a su alrededor.
su vista se desvió hacia el cielo, y sus alas se abrieron levemente, deseaba volver a su hogar